Autor: Miguel Ángel Gutiérrez Salazar
Son dos demonios los que yo me encontré, supongo que eran de la misma familia pues contaban con atributos similares y en realidad qué podía yo hacer sino darles un tratamiento similar.
Cabe decir que ambos demonios eran de sexo femenino (¿los demonios tiene sexo?...). En fin, resulta que al primero de ellos me lo encontré debajo de una roca mientras que al segundo lo hallé colgando de la rama de un árbol.
Los dos demonios parecían tener la misma edad, y de hecho su comportamiento era muy parecido, causaron en mi el mismo efecto que las sirenas producen sobre los marineros, encantando con su voz, seduciendo y lastimando.
El primer demonio sin duda me causó un daño mayor que el segundo, o quizás sólo sea que aprendí a combatirlos. En fin, su táctica es muy sencilla, de hecho es media boba, inician llamando la atención de la presa a través de cantos, melodias y bailes; una vez que han llamado la atención buscan puntos débiles que puedan usar a favor, y de ahí comienza la tortura:
Un castigo sutil que puede consistir en punzadas directas al corazón del ser amado a través del empleo de sus garras (pintadas); o un exorcismo del alma humana mediante métodos diabólicos y secretos.
Es realmente complicado escapar la primera vez, y nada garantiza que uno no pueda caer de nuevo en la telaraña del demonio, lo cierto es que después de un encuentro de este tipo la vida no vuelve a ser la misma. Y no es la misma porque la víctima sigue amando a los demonios aún en contra de su razón.
Bien, debo decir que vencí al primer demonio tras muchos intentos y más de un año de pelea (qué duro es golpear lo que se ama!). Por cuanto hace al segundo, éste fue más fácil, aunque acudió a su amigo para que lo ayudara, poco pudieron hacer ante quien está ya vacunado contra sus ataques.
Así, el primer demonio murió de un descalabro (una piedra enorme con la que lo golpeé) y el segundo fue traspasado por una estaca en el corazón (en realidad fue en el estómago).
Hay que estar con los ojos abiertos, al parecer los demonios abundan pero al menos ya vencí a dos... un tip final es no acercarse a altotonga, parece que de allá los exportan.
