sábado, abril 12, 2014

4 (cuatro).




Estas son las últimas líneas que escribo para ti.
Muchas cosas tienen límites en la vida y he decidido que este sea el límite de mi amor por ti.
Ya te acaricié, ya te besé, ya te viví, ya te sufrí, ya te lloré. Ya no más.

El amor propio también debe ser ponderado, el respeto por mí ser también cuenta.
Mi alma debe seguir adelante, hay muchas personas en el mundo, hay mil sensaciones por vivir.
Mañana quizás te haya olvidado, y si acaso vienes a mi mente, espero tu recuerdo pase de largo.

Te agradezco una sola cosa: que involuntariamente me hayas devuelto el don de la escritura.
Por ti he vuelto a descubrir el amor por escribir, por salir de mi pecho y reflejarme en un papel.
Un amor por otro.

Ojalá la vida te dé justamente lo que mereces, ni más ni menos, solo pido justicia para ti.
Yo ya he recibido el mejor obsequio: que el odio acumulado se disolviera y poder ver nueva luz.

Ahora es el turno de regresar a la vida tanta belleza y amor que me da.

Te quiero así.



Te quiero así,
con un amor sereno y simple,
casi infantil, casi paternal,
con una entrega profunda y sincera,
con una ternura musical.

Te quiero así, sin presionarte más,
sin manipularte ni lastimarte,
sin esperar nada a cambio,
con la fantasía del enamorado,
con la entrega de los amorosos.

Te quiero así, estés o no estés,
de cerca y de lejos,
con tu olvido y tu recuerdo,
con mis lágrimas y tu adiós.
Así te quiero.

No estas deprimido, estas distraido

Marcianitos

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