Estas son las
últimas líneas que escribo para ti.
Muchas cosas tienen
límites en la vida y he decidido que este sea el límite de mi amor por ti.
Ya te acaricié, ya
te besé, ya te viví, ya te sufrí, ya te lloré. Ya no más.
El amor propio
también debe ser ponderado, el respeto por mí ser también cuenta.
Mi alma debe seguir
adelante, hay muchas personas en el mundo, hay mil sensaciones por vivir.
Mañana quizás te
haya olvidado, y si acaso vienes a mi mente, espero tu recuerdo pase de largo.
Te agradezco una
sola cosa: que involuntariamente me hayas devuelto el don de la escritura.
Por ti he vuelto a
descubrir el amor por escribir, por salir de mi pecho y reflejarme en un papel.
Un amor por otro.
Ojalá la vida te dé
justamente lo que mereces, ni más ni menos, solo pido justicia para ti.
Yo ya he recibido
el mejor obsequio: que el odio acumulado se disolviera y poder ver nueva luz.
Ahora es el turno
de regresar a la vida tanta belleza y amor que me da.