Nunca me dejaré caer
a pesar de la tormenta,
y si caigo jamás me rendiré,
lucharé hasta romper
la iniquidad misma.
No me postraré ante el
poderoso, de mi brotará
la misma energía del sol
y un milagro será posible
Hoy he aprendido a odiar el
fango, a limpiar mis alas,
a cruzar el horizonte y
alcanzar el cielo.
No más cadenas en mis
brazos, no más vendas en
mis ojos, sólo libertad
guiada por Dios.
M.A.G.S.
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