Volvió a desaparecer, en realidad ya lo veía venir, es como un pequeño fantasmita que va y viene, confieso que me molesté mucho porque rompió su promesa de estar conmigo hoy, yo tenía muchos planes..., dice que no la entiendo.
En esta ocasión mi reacción a su abandono fue distinta y hasta mereció una felicitación... me contuve, respeté su recuerdo.
No sé qué va a suceder, qué me dirá o qué le voy a contestar, supongo que nada ocurra entre nosotros a menos que ella esté dispuesta a sacrificar algunas cosas en aras de estar juntos.
El enojo ya se pasó, no me dura mucho, queda la experiencia. No me arrepiento de haberle dicho: "Estoy enamorado de ti". Tal vez sea que tiene miedo.
Padre: No quiero estar enojado con ella, pero tampoco quiero permitirle jugar con mis sentimientos, te pido que cuides su corazón, imagino que es parte del amorel desear que la persona amada esté bien, que no sufra, que tenga éxito y que sea un mejor ser humano cada vez. Te suplico no la hagas padecer tanto y perdones sus pecados y errores. Gracias. Te amo.
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