22/MARZO/2007.
Esto, más que ilusión o capricho parece una droga, ¿cómo puedo seguir clavado de esta manera de alguién que ni me pela?
Me pregunto si en verdad ella no me quiere; yo la quiero. Supongo que la Ley de la Reciprocidad ha fallado, no me corresponde.
Sigo creyendo que es amor lo que siento por ella, pero ella vive perdida en su mundo de fantasia y no comparte este sentir.
Entre sus problemas más ideales que reales no comprende que el tener siempre una sonrísa te ayuda a vivir mejor y a cambiar el mundo de todos.
No puede ver que soy una realidad, vive atormentada en su burbuja mística de dolor inventado a su medida.
¿Y qué puedo hacer?
Ya insistí, ya me vi mal rompiendo mi propio orgullo, sí, lo hice porque a eso me obligó este bello sentimiento mas no puedo más, hacerlo de nuevo quemaría el poco respeto que aún me guardo, soy humano y duele.
Seguiré escribiendo, al menos ha quedado de ese amor, esta herencia de escribirle... a ella.
M.A.G.S.
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