domingo, mayo 14, 2006

Diciembre 30, 2005.
Decir adiós nunca ha sido cosa fácil, parece una tortura vivir de esta manera.
Esperar desangelado la aparición de un fantasma desterrado al olvido temporal.
Y es la insuficiencia del valor y del coraje la enfermedad que me mata por gusto personal.
Quien vive en mi cabeza es el candado de mi mente que me aprisiona y tortura sin piedad alguna.
Mas ya me voy pues me gusta el exorcismo y la llave esta en mi mano como siempre ha estado.
Que seas feliz muñeca rota; El juguetero se va pues el agua de mar lo ahoga.

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No estas deprimido, estas distraido

Marcianitos

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